viernes, 9 de enero de 2009

Pisa pisuela


Cuando era chica se llamaba así. Era un juego en el que tenías que caminar como si hicieras equilibrio sobre el piso, avanzando un pie y en la punta delantera colocar el talón del otro alternadamente. Tu compañero de juego estaba a cierta distancia establecida al azar e iba, haciendo lo mismo y diciendo al unísono con vos, "pisa pisuela color de ciruela...", el resto del versito ya no lo recuerdo.
En un momento los dos nos encontrabamos, no sé , no recuerdo, si ganaba o perdía alguien o por qué .Lo que sí recuerdo es ese color de ciruela, esa sensación imaginaria de estar haciendo equilibrio con los pies perfectamente apoyados en las baldosas de la vereda, pero sintiéndonos arriba de un imaginario precipicio y a riesgo de caer por una pisada en falso.
La infancia viajó lejos, se perdió la vereda con sus baldosas seguras, quedaron amigos que acortan distancias y rozan sus pies de ciruela con los míos, salvo que ahora se trata de precipicios verdaderos y que al revés que en el juego de entonces, ahora imagino que en vez de precipicios son sólo baldosas.